El miércoles 25 de mayo, la Diócesis de San Justo celebró una nueva
Asamblea del Pueblo de Dios. La misma se llevó a cabo en las instalaciones del
Colegio Parroquial de San Justo, contando con la presencia del obispo Mons.
Eduardo García, el presbiterio y miembros de las comunidades parroquiales de la
diócesis.
La recepción musical, estuvo a cargo de jóvenes de la pquia. Ntra.
Sra. de Itatí, favoreciendo un clima festivo. Luego, se da inicio formal al
encuentro con la entonación del himno Nacional Argentino, una oración especial,
y las palabras de Mons. Eduardo García.
Frente a la comunidad, el obispo, destaca la diversidad de los
presentes, tanto en edad como en modos en que han entrado en el “camino de la
Iglesia”, y que cada uno con su historia, hoy puede unirse en un “mismo
llamado”. A ello, agrega que “hoy la Iglesia nos invita a vivir ese llamado y
esta pertenencia de un modo particular: a través de la mirada sobre la
realidad, sobre la vida, sobre lo que la gente, nuestro pueblo, vive”. Recuerda
también el camino que viene transitando la Iglesia a partir del Documento de
Aparecida, haciendo hincapié en reconocer la necesidad de volver a las raíces,
volviendo a ser “discípulos y misioneros”, y poniendo a la Iglesia en “estado
de misión”.
Asimismo, señala que “el discípulo verdadero es misionero porque
con su vida está mostrando aquello que cree, con su manera de obrar, de pensar,
de ser, de decir, de amar; misionero es aquel que por ese modo de vivir
contagia y entusiasma con su propia vida”. Además, resalta que esta idea
comenzó a ser un llamado para toda la Iglesia: la dulce y confortadora alegría
de evangelizar. Observa la importancia de una conversión pastoral, que implica
repensar toda la “vida eclesial” desde la “misión eclesial”, para que el mensaje
llegue más y a todos. Por último, resalta el desafío de una Iglesia en salida:
tener la mirada atenta a qué es lo que pasa, qué es lo que se necesita y
aceptar los dinamismos de la vida y acompañarlos.
Además, durante el encuentro, se compartió un mensaje del
Presbiterio diocesano, que se encuentra celebrando la Semana Pastoral. En el
mismo, reconocen las alegrías y motivaciones de sentirse discípulos misioneros
con esta porción del pueblo matancero, la fidelidad y entrega del laicado, los
flagelos de las comunidades, y las fragilidades propias de los pastores.
Por último, se cierra el encuentro en la Catedral, con la
celebración de la misa en acción de gracias por vivido en esta Asamblea, y se dio el envío misionero a las
nuevas autoridades de las comisiones diocesanas.
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